Final del culebrón: Elon Musk se echa atrás y renuncia a comprar Twitter. El magnate alega incumplimientos en el contrato con la compañía, que ha caído un 6% en bolsa.
El fundador de Tesla y una de las personas más ricas del mundo ha conseguido su capricho. Después de convertirse en el máximo accionista de la compañía, Musk no tuvo suficiente con eso y ahora se ha hecho con todo el poder.